Recordar es volver a vivir

En busca de la Ciencia Óptica para México

Fecha: 01 de Marzo de 2020

Edición: Marzo 2020 No. 22

Daniel Malacara Hernández | Casos | Visto 3643 veces

Es difícil para mí el recordar cuándo comencé a tener la idea de que sería deseable contar en México, con una institución dedicada a la investigación científica en el campo de la óptica. Regresé a México en 1965 y comenté algunas veces con mis amigos, entre otros con el Dr. Guillermo Haro, Director del Instituto de Astronomía, en donde regrese a trabajar y con mi amigo y antiguo profesor el Dr. Arcadio Poveda, de que sería altamente deseable tener en nuestro país una institución similar a aquella en donde estuve estudiando mi doctorado. Algunos años después el Dr. Guillermo Haro en 1970, me dijo que planeaba reorganizar el Observatorio Astrofísico Nacional de Tonantzintla en Puebla, en una nueva institución dedicada a la astrofísica, electrónica y a la óptica, y que a él le gustaría que se iniciaran los estudios de maestría en esos tres campos. Me pidió que le ayudara en esa planeación, lo cual acepté sin ningún titubeo.

Únicamente me pidió que lo conservara en secreto y que no comentara a mi amigo el Dr. Arcadio Poveda que ahora era el Director del Instituto de Astronomía; era importante que no se enterara en lo más mínimo y que todo lo hiciéramos con un gran sigilo y secrecía. Así trabajamos y el día 12 de noviembre de 1971 apareció publicado en el Diario Oficial de la Federación la creación del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE) desapareciendo el Observatorio Astrofísico Nacional de Tonantzintla. Esto era la realización de mi sueño de contar con una institución dedicada a la óptica, pero solo parcial, ya que no estaba fundamentalmente dedicada a la óptica sino a tres campos. Pero esto era mucho mejor que nada. En vista de ello invité a mis compañeros ópticos a trasladarnos a vivir a la ciudad de Puebla, aunque como es natural teníamos que dar el paso tan temido de renunciar al Instituto de Astronomía y darle la sorpresa desagradable al Dr. Arcadio Poveda, Director del instituto. Contra lo que yo esperaba la reacción del Dr. Arcadio Poveda fue muy agradable e incluso afectuosa diciéndome que comprendía muy bien que esa había sido mi ilusión desde hace años atrás y me deseó suerte.

En busca de un sueño

El 1 de enero de 1972 comencé con entusiasmo a trabajar en Tonantzintla en la organización de la nueva institución. En esos años llevamos a cabo muchos proyectos, el principal fue la construcción de la óptica del telescopio en el Observatorio Astrofísico Nacional de Tonantzintla (OANTON), instalado en el ahora observatorio Guillermo Haro en Cananea Sonora. Para ese proyecto trabajamos un grupo de investigadores y técnicos en el taller de Óptica, diseñamos y fabricamos las máquinas para el tallado y pulido del espejo e hicimos varias herramientas que fueron necesarias para probar el sistema óptico del telescopio. El proceso duró un poco más de cinco años y participamos: Zacarías Malacara, José Castro, Roberto Noble, Jesús Pedraza, Arquímedes Morales, Oswaldo Harris, Jorge Cuatle, Carlos J. Martínez y Alejando Cornejo.

De manera increíble, la misma semana que concluimos con éxito este proyecto recibí una llamada del aún Director del Instituto de Astronomía, el Dr. Arcadio Poveda Ricalde para que me presentara con él a la mayor brevedad para platicarme de un proyecto. Así lo hice y tan pronto me presente con él, me llevó con el rector de la UNAM, el Dr. Guillermo Soberón Acevedo, quien me dijo que había un plan de creación de nuevas instituciones científicas, que estaba llevando la UNAM a los estados de la República y que había pensado que una de esas instituciones podría ser una dedicada totalmente a la óptica. Tal como yo lo había soñado.

La restricción de este proyecto, es que tenía que establecerse fuera de la Ciudad de México, es decir, en provincia. Esta decisión fue tomada porque no existía prácticamente desarrollo científico fuera de la capital. El Dr. Poveda Ricalde, me hizo saber que esto lo veían altamente probable, porque el Dr. Soberón, rector de la UNAM, ya lo había comentado con algunos gobernadores en el norte de país y ellos estaban entusiasmados, y habían ofrecido un buen apoyo local a las instituciones científicas para que ahí se establecieran. Como era obvio la idea me entusiasmo mucho y comenzamos en trabajar en la preparación del proyecto para hacer investigación y desarrollo en óptica.

En ese tiempo acababa yo de leer mucho sobre el desarrollo de Caltech, donde se habían formado muchos premios Nobel en física y en donde se habían llevado a cabo desarrollos tecnológicos sumamente importantes.

Mi sueño en ese entonces era una institución que fuera una combinación del Instituto de óptica de la Universidad de Rocherster y Caltech, con la característica de tener un muy alto nivel científico y académico, y que siempre se conservara pequeña y productiva para evitar los problemas que yo había vivido en la UNAM en 1968. Yo pensaba y no he cambiado en ello, que las instituciones muy grandes se hacen ineficientes y poco productivas.

Consolidar un futuro para la óptica en Guanajuato

El primer paso natural era presentar mi renuncia en el Instituto Nacional de Astronomía, Óptica y Electrónica. Así que lleve por escrito mi renuncia al Dr. Guillermo Haro quien recuerdo me dijo algo parecido a: “No estoy de acuerdo, pero usted tiene la libertad de hacer lo que quiera, ojalá le vaya bien”. Esto que relato sucedió en julio de 1978. A partir de entonces me fui a vivir a la Ciudad de México y mi familia se quedó en Puebla y comenzamos a trabajar por principio de cuentas. Invité a algunas personas del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica, a trasladarse conmigo a la UNAM y así lo hicieron.

En pláticas que sostuve con el Dr. Soberón, me condicionó de no dejar sin óptica a la UNAM y que antes de mi partida, teníamos que formar un departamento de óptica en el llamado Centro de Instrumentos, posteriormente nombrado CECADET; así lo comenzamos hacer, y se contrataron algunos nuevos investigadores para trabajar ahí.

Entre los eventos importantes que se llevaron a cabo en esa época y que cambiaron un poco el rumbo de los planes fue, que me di cuenta que en Guanajuato estaba como Gobernador el Lic. Luis Ducoing Gamba, quien había sido amigo y compañero mío durante los años de secundaria y preparatoria en el Instituto Lux de León Guanajuato. Por otro lado, quien se hacía cargo de la Presidencia de la Junta de Administración Civil en León, era el Lic. Roberto Plascencia Saldaña, también amigo mío de los años de secundaria y preparatoria en el mismo Instituto Lux. En vista de esto, le pregunté al Dr. Guillermo Soberón, sobre la posibilidad de que la sede fuera en León Guanajuato; dada mi amistad con estos gobernantes, el Dr. Soberón, no tuvo objeción, siempre que ofrecieran un apoyo a la institución igual o mayor a la que a él le habían ofrecido otros gobernantes en otros estados.

Ante esa oportunidad lo que hice fue comenzar a buscar tanto al Gobernador del Estado de Guanajuato como al Presidente de la Junta de Administración Civil. Para ello tuve que hacer unos cuantos viajes a la ciudad de León. Como es natural, al primero que tuve acceso fue al Lic. Roberto Plascencia quien era Presidente de la Junta de Administración Civil; me recibió muy amablemente y me dijo que estaba dispuesto a apoyar el proyecto, pero era fundamental presentárselo al Lic. Luis Humberto Ducoing Gamba, Gobernador del Estado de Guanajuato. El Lic. Plascencia, se ofreció a ayudarme a conseguir una entrevista con el Lic. Ducoing Gamba.

Para poder llegar al Gobernador, tuvimos que ser audaces, y por suerte en una visita que hice a León, tuve la fortuna de coincidir con el Gobernador, que se encontraba en una reunión en la ciudad. El Lic. Plascencia y yo permanecimos en la espera a que apareciera para poderlo abordar y exponerle el proyecto. Finalmente apareció y nos acercamos a él; como es de esperarse, su agenda estaba saturada, iba a viajar a la ciudad de Guanajuato. Le expuse de forma rápida el proyecto y se interesó en él; nos invitó a subirnos al autobús para poder escucharme.

Durante el viaje a la Ciudad de Guanajuato, platicamos en el autobús y le explique con mayor detalle de qué se trataba la nueva institución que se proponía crear con el apoyo de la UNAM y le dije que era necesario la bienvenida del Gobierno del Estado y el apoyo económico para su creación. El proyecto le interesó y me pidió que lo buscara dos semanas después en el Palacio de Gobierno en Guanajuato, para empezar a formalizar el acuerdo de la creación de la nueva institución que se dedicaría a la investigación en óptica. Aún recuerdo con gran emoción, ese día lluvioso eran alrededor de las ocho de la noche, estábamos por llegar a Silao, pero ya con la respuesta positiva de que apoyaría el Gobierno de Guanajuato a la creación de la institución. El Lic. Plascencia y yo, le pedimos al chofer que detuviera el autobús y nos bajara en ese momento. Una vez abajo en medio de la carretera bajo la lluvia empezamos a conseguir transporte de regreso a León. Me sentía muy entusiasmado y motivado para seguir adelante con mi sueño.

Pasadas las dos semanas busque al Lic. Ducoing en su oficina y después de una plática de alrededor de cuarenta minutos, le pedí que me dijera por escrito que estaba dispuesto a apoyar con un terreno adecuado y un edificio con al menos veinte oficinas una biblioteca y varios laboratorios para comenzar. Su respuesta fue que el municipio se encargaría del terreno y que el Gobierno del Estado construiría el edificio. Mandó llamar a su secretaria y me pidió que yo le dictara la carta a ella.

Preparando el equipaje.

Tuve que hacer otros viajes a León para definir lo del terreno lo cual se hizo con todo el apoyo del Gobierno Municipal.

Al día siguiente, con la carta firmada por el Lic. Luis Ducoing fui a ver al rector de la UNAM al Dr. Guillermo Soberón, quien se mostró muy complacido y dijo que la decisión estaba tomada, que la nueva institución dedicada a la óptica se instalaría en la ciudad de León Guanajuato.

Con mucha alegría continuamos trabajando en la instalación de los laboratorios en el Centro de Instrumentos en la UNAM, y entrevistando a posibles investigadores.

También trabajamos en nuestros problemas personales, como era la planeación de la mudanza de nuestras familias de Puebla a León Guanajuato; ésta la realizamos en un domingo por la noche. Las clases en las escuelas primarias para nuestros hijos estaban por comenzar en el mes de agosto de 1979. Esta mudanza se llevó a cabo de manera acelerada en el mes de junio de ese año, porque fui informado por parte del Dr. Guillermo Soberón, de que ya se había tomado la decisión por parte de CONACYT, la UNAM, el Gobierno del Estado de Guanajuato y el Gobierno Municipal de firmar el convenio de creación al final del mes de junio de 1979. Además debía hacerse rápido porque el periodo del gobierno del estado estaba por terminar en el mes de septiembre, y yo quería aprovechar el viaje para asistir a la firma del convenio en el Palacio de Gobierno en la ciudad de Guanajuato. Durante el trayecto a León, pasé por la ciudad de México para saludar a algunos familiares, quienes me recibieron con la noticia de que el Dr. Arcadio Poveda y el Dr. Soberón estaban desesperados buscándome para avisarme de urgencia que la firma del Convenio se había suspendido.

Como es natural esa noche no dormí preocupado pensado qué había pasado para haber suspendido la firma. Mi familia seguía en la mudanza a León y yo me quede en la Ciudad de México para entrevistarme con el Dr. Soberón el lunes por la mañana.

El lunes salí muy temprano a la reunión a la que me había citado el Dr. Soberón. En la reunión me comentó que la firma del convenio no sé estaba suspendiendo de manera definitiva, sino que solo se había pospuesto hasta nuevo aviso. Este cambio derivó de una petición especial que hizo el Lic. Enrique Velasco Ibarra, debido que él sería postulado como candidato al Gobierno del Estado de Guanajuato. Su petición fue considerada para atrasar la firma. El Lic. Enrique Velasco Ibarra tomó posesión el 26 de septiembre de 1979. Para compensar el retraso de la firma, ofreció dar un apoyo grande a la nueva institución. El Lic. Enrique Velasco Ibarra, era amigo muy cercado del Dr. Soberón y miembro activo en su equipo en la rectoría de la UNAM.

La perseverancia a un ideal

Debido a los eventos anteriores no quedo otra más que seguir trabajando en la Ciudad Universitaria como lo veníamos haciendo, pero ahora con la incomodidad de viajar todos los fines de semana de la Ciudad de México a León, para poder estar con nuestras familias. Esa época fue muy cansada.

Se llegó el tiempo, y el Lic. Enrique Velasco Ibarra tomó el cargo de Gobernador del Estado de Guanajuato. Se reanudaron las pláticas para concretar la firma del convenio. El grupo de investigadores y técnicos asignados al proyecto, solicitamos trasladarnos a León para comenzar a buscar un espacio provisional para instalarnos y comenzar a trabajar. Desde luego, como no había convenio no contábamos con presupuesto autorizado. Así que la UNAM, muy generosa nos proporcionó equipo para los talleres, los laboratorios, además nos siguió pagando y nos comisionó para trasladarnos a León. El equipo que nos prestó llenó dos trailers y fue por tiempo indefinido. Quince años después, parte del equipo prestado se regresó a la UNAM, pero mucho se quedó como activo fijo del CIO. Tuvimos nuestras primeras instalaciones en diciembre de 1979, en Av. Del consuelo 120, por el Arco de la Calzada (casi frente al entonces cine Buñuel). Era un edificio de tres pisos y nosotros ocupábamos el primer piso.

Nace el Centro de Investigaciones en Óptica, A.C.

Finalmente se llegó el día. El lunes 21 de abril de 1980 se llevó a cabo en la sala de juntas del Palacio de Gobierno del Estado de Guanajuato, recinto ubicado cerca de la Presa de la Olla en la Ciudad de Guanajuato, la reunión que viera nacer al Centro de Investigaciones en Óptica, al Centro de Matemáticas y el Instituto de Geología estableció una estación, proyecto que no tuvo avance. Con mucha alegría asistí al evento para ver la creación de ambas instituciones y el proyecto ambicioso del Instituto de Geología. Las escrituras se habían realizado el 18 de abril del mismo año, para la reunión de la Asamblea ya estaban previamente preparadas y protocolizadas por el notario público Lic. Margarito Sánchez Lira.

Para ese entonces ya no estaba el Lic. Luis Ducoing, sino el Lic. Velasco Ibarra y también había cambiado el Lic. Plasencia por el Lic. Harol Gabriel. Se encontraba presente el Director de CONACYT el Dr. Edmundo Flores. Durante esa reunión se me encomendó que me hiciera cargo de la oficina de la Dirección General del CIO, aunque no se me nombró todavía como Director, pero este era el menor de los problemas.

El 29 de julio de 1980, en el Palacio de Gobierno del Estado de Guanajuato, en la primera reunión del Consejo de Administración del Centro de Investigaciones en Óptica, se reunieron para designarme como el Director General del CIO.

Inicio de actividades

A partir de entonces teníamos varios objetivos concretos adelante, el primero era hacer crecer el número de investigadores, técnicos, administrativos y personal de apoyo, el segundo comenzar a publicar, el tercero instalar bien los laboratorios incluyendo los talleres de óptica y mecánica, y por último iniciar nuestros cursos de maestría y doctorado.

Hacer crecer el número de investigadores técnicos, administrativos y personal de apoyo: En esa época no era fácil conseguir gente, en especial a personal especializado. Pero logramos juntar un buen equipo de trabajo, entre los que se encontraban: Dr. Daniel Malacara Hernández, Director General; M.C. Arquímedes Morales Romero, Secretario Académico; Ing. José Castro Villicaña, Talleres; M.C. Gustavo Rodríguez Zurita; M.C. Zacarías Malacara Hernández; C.P. Francisca Malacara Hernández, Administración; Ma. Socorro Silva Navarro, Contabilidad; Catalina Chávez Vázquez, Biblioteca; Ma. Eugenia González Díaz, Compras; Pablo Carmona Ventura, Cómputo y Sistemas; Carlos Javier Martínez Castro, Taller Óptico; Armando Becerra. Taller Óptico; José Luis Flores Arias, Taller Mecánico; Vicente Barajas Jacinto, Intendencia. Entre los investigadores extranjeros se contrataron al Dr. M.V.R.K Murty, Dr. Lubjomir Matulic, Dr. Ramendra Bahugun, Dr. Santamaría; y por otro lado los investigadores mexicanos que se contrataron fueron el Dr. José Javier Sánchez Mondragón, Dr. Gustavo Torres Cisneros, Carmen Menchaca, Ramón Rodríguez Vera, y se incorporaron algunos estudiantes para realizar tesis, estos fueron: Arturo Olivares, Rufino Díaz Uribe.

Comenzar a publicar: Comenzar las publicaciones fue relativamente fácil. Casi todos habíamos realizado estancias de investigación en otras instituciones, por lo que las ideas las teníamos frescas para empezar a publicar; la mayoría teníamos trabajo en pruebas ópticas. Todavía no existían los programas comerciales de diseño, por lo que fue una prioridad desarrollar un programa en forma para llevar a cabo actividades de diseño óptico. Lo mismo sucedió con los programas para pruebas ópticas.

Instalación de talleres y laboratorios: Los talleres y laboratorios se instalaron de manera provisional pero muy funcional en el edificio que estábamos rentando y comenzamos a trabajar en ellos.

Iniciar nuestros cursos de maestría y doctorado: Respecto a la maestría y doctorado decidimos posponerlos hasta no tener instalaciones más adecuadas. En 1984 comenzamos a ofrecer posgrado.

Mi primera idea sobre el nombre de la nueva institución, fue que se llamara Instituto de Investigaciones en Óptica. CONACYT no aceptó por temas legales. Cuando se realizó el acta constitutiva, fue cuando me di cuenta que no se llamaría como yo lo había propuesto, sino, CENTRO DE INVESTIGACIONES EN ÓPTICA. Para poderla identificar era necesario que la institución tuviera un logo. Quería que fuera emblemático de lo que se iba a desarrollar, así que lo relacioné con unas lentes ópticas; el triplete Cooke, conocido también con el nombre de su inventor: triplete Taylor, eran las más parecidas a las iniciales del Centro de Investigaciones en Óptica, solo era necesario realizar algunos pequeños cambios a las aberraciones de éstas para que su logo se leyera CIO.